LUISA DE MARILLAC
BREVE BIOGRAFÍA DE SANTA LUISA DE MARILLAC
El 12 de agosto de 1591, nace en París, Luisa
de Marillac. Su padre, Luis de Marillac pertenece a la nobleza. Luisa no
conocerá a su madre. Los primeros años de la vida de Luisa son tristes. No
conoce la vida de familia. Se ignora quién es su madre. Le falta el ambiente
familiar... Esta experiencia marcará su vida. Luisa de Marillac recibe
educación en la abadía de Poissy. Estudia filosofía, latín, música y pintura.
En su juventud desea consagrar su vida totalmente al Señor en el convento de
las Capuchinas de París. Debido a su delicada salud se oponen a su vocación. Su
tío Miguel, tutor de Luisa al morir su padre, le busca un novio. Muy joven se
casa con Antonio Le Gras, secretario de la reina María de Médicis. Nace el
pequeño Miguel Antonio. Pasa por momentos de conflicto y tensión, de dudas, de
crisis personal ante el giro que lleva su vida. Tras esta etapa, dura pero
fortalecedora a la vez, saldrá profundamente transformada el día de Pentecostés
del año 1.623. Dios le hizo ver cuál era su proyecto sobre ella. A la muerte de
su esposo, en 1.625, conoce a San Vicente de Paúl y sus Caridades para el
servicio de los más pobres. Se une a ellas y, con el tiempo, San Vicente la
hace responsable de organizar los servicios que atienden las damas de las
Caridades, que se habían multiplicado en las aldeas cercanas a París. Santa
Luisa se entusiasma en esta obra. En ella ha ido creciendo la sensibilidad
hacia los pobres. Los ve, descubre su miseria, su hambre, su abandono... y a la
vez que les sirve, alienta a otras personas a que les visiten, les atiendan...
A través de sus andanzas por las aldeas y las calles de la ciudad, había
llegado a una conclusión: Las Caridades necesitan chicas que realizarán los
servicios más humildes, aquellos que las damas no estaban dispuestos a hacer,
chicas que quisieran dar su vida y todo su tiempo por los pobres. El 29 de
noviembre de 1.633 llegan a casa de Luisa 6 jóvenes para formarse y llegar a
ser sirvientas de los pobres. Son las primeras Hijas de la Caridad. ¡La
Compañía de las Hijas de la Caridad acaba de nacer! Es necesario buscar casas
más grandes. Muchas jóvenes desean entregar su vida a Dios para servir a los
pobres. Luisa y las hermanas se convierten muy pronto en “maestras” de los niños
pobres que corretean por el barrio de Sant Denis. Luego los hospitales de:
Angers, Nantes, Hotel Dieu… Luisa prepara a las hermanas para el servicio de
los enfermos. La miseria no tiene fronteras ni de espacio ni de tiempo. París
es un hervidero de pobres. De todas partes reclaman a las Hijas de la Caridad.
Ellas, sostenidas y alentadas por San Vicente y Santa Luisa, multiplican su
respuesta: se ocupan de los enfermos en sus domicilios, de los niños
abandonados (llamados niños expósitos), de los presos en trabajos forzados,
ancianos, enfermos mentales... Muere el 15 de marzo de 1.660. En el testamento
les dice a las Hijas de la Caridad: amor cordial entre ellas, devoción a María
y el servicio a los pobres. El 10 de febrero de 1.960 Juan XXIII la proclama
patrona de los que se dedican a la Acción Social cristiana.